¡Ya era hora!
Por Arturo de Porras Guardo elMay 17, 2011 | EnSociedad, 15 M
Hace tiempo que vengo dando vueltas a este estado de cosas y a mi profunda insatisfacción ante las mismas. La verdad es que cuando leía Idignaos de Stéphane Hessel o Reacciona de varios autores y coordinado por Rosa María Artal, publicaciones que de alguna forma están relacionadas con el movimiento iniciado el pasado 15 de mayo, pensaba que realmente hay muchas razones para indignarse y para reaccionar, pero, ¿se moverá el personal? Esa era mi duda.
En ese sentido, me manifestaba el pasado día 10 de mayo, en un artículo anterior en este blog. Por fin el personal se ha movido, por fin ya se hasta dónde se ha estado dispuesto a aguantar.
Ante esta reacción, parece que la clase política se ha sentido molesta, se ha hablado de antisistema, de actitud pasiva, de poner en peligro el sistema y lindezas de diverso tipo. Es difícil definir un movimiento de este tipo, y más a estas alturas tan tempranas. Pero lo que si es seguro es lo que no es, y por eso, apunto algunas cosas que este movimiento no es.
Por lo que he podido observar, leer y escuchar, este movimiento no es antisistema. Uno de sus dirigentes afirmaba en una emisora de radio "No somos antisistema, somos el pueblo, somos el sistema". Lo que se pide es mejorar el sistema
Tampoco es un movimiento partidista, por ello no se pretende crear ningún partido ni apoyar a ningún partido. Lo que se pide es que los partidos se regeneren, esa es la propuesta, ese es su activismo. Algunos ciudadanos, simplemente piden un cambio de actitud a la clase política, y la ciudadanía está en su perfecto derecho de hacerlo (no se olvide que es soberana). Ese es un activismo ciudadano, que pretende recuperar la ética política.
No es un movimiento de izquierdas, aunque si es un movimiento ciudadano que está hasta el moño de la soluciones neoliberales a una crisis, causada precisamente por planteamientos neoliberales. Quizás eso suponga posicionarse a la izquierda, pero más por hartazgo de la situación que por ideología. Lo que se está pidiendo es una resolución diferente de la crisis, en la que los paganos no sean los que menos culpa o ninguna han tenido en la misma.
No es un movimiento de jóvenes, aunque estos sean mayoritarios, también es un movimiento en el que participan adultos y mayores.
Observo, por un lado, cierto temor en la clase política, a la vez, que por otro lado, veo un cierto regustillo y frotar de manos. Que nadie se llame a engaño, que nadie pretenda aprovecharse de este movimiento, no sea que al final se vuelva contra él (nunca se sabe hasta donde puede salpicar esto). Yo, por si acaso, estaría atento a lo que se pide y reflexionaría seriamente sobre ello.
Es posible que este movimiento no tenga la razón en todas las cosas, pero es un clamor ciudadano, que pide que las cosas se mejoren. Lo pide una ciudadanía que se siente soberana, lo aprendió hace años y ahora no va a olvidarlo.
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