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Storm "The Storm" (1974)
"It´s rock and roll music", así comienza en un inglés un poco macarrónico esta canción "It's all right" , ¡qué le vamos hacer!, es lo que había en la época. Pero es que nadie o casi nadie hacia algo que se pareciera al rock duro o al a heavy metal (Bueno, quizás Tapiman, pero no tuve el gusto de conocerlos hasta muchísimo más tarde).
Cuatro chicos de Sevilla: Ángel Ruiz Geniz (guitarra); Diego Ruiz Geniz (batería); José Ramón Torres (bajo) y Manuel Muriel Rivas (Teclados) formaron Storm, el grupo responsable de esta canción.
I'm The Leader Of The Gang 1974
Al final terminé liderando muchas pandillas, o ¿quizás no lideré ninguna?
He pensado mucho lo adecuado o no adecuado de escribir sobre esta canción, y más como está ahora el tema de censuras hacia artistas, que son abusadores, maltratadores, violadores u otras lindezas. Creo que el autor de esta canción, al que no voy a nombrar por respeto a sus víctimas, actualmente está en prisión por la comisión de varios delitos sexuales: intento de violación, asalto indecente y por mantener relaciones sexuales con una niña menor de 13 años. Pese a todo, voy hablar de I'm The Leader Of The Gang, ya que esta canción fue significativa en un momento concreto de mi vida y porque en última instancia, las creaciones artísticas dejan de ser propiedad de sus autores y pasan a formar parte de los ciudadanos, que se las apropian.
El pueblo unido jamás será vencido (1974)
Corría el año 1975, no recuerdo con exactitud si ya había muerto el caudillo o estaba a punto. Eran años revueltos, en los que descubrí una nueva realidad política, una nueva forma de afrontar la realidad. que de alguna manera extraña había ido anticipando en mi infancia. Y con todo ello, conocí esta canción, El pueblo unido jamás será vencido de Quilpayún.
El movimiento de la izquierda estaba por todas partes, bullía alrededor nuestro. Militantes de partidos clandestinos, curas comunistas con un cristianismo de nuevo cuño, misioneros que nos hablaban de injusticias y pobreza, de dictaduras y de revolución. Y allí estábamos nosotros, alucinando, entusiasmados con la posibilidad de participar en la construcción de un nuevo futuro, dispuestos a emprender la revolución cuando fuera necesario. Todavía recuerdo nuestros planes para ir a Chile y participar en el derrocamiento de Pinochet.
La dictadura chilena era nuestra referencia, nos la habían contado de primera mano, nos la habían mostrado en documentales. Las imágenes del asalto al Palacio de la Moneda, de Salvador Ayende con el casco puesto y su AK-47 colgado del hombro, el asesinato de Víctor Jara, los miles de presos encarcelados en el Estadio Nacional. Creo que esas imágenes no se borrarán nunca de mi memoria. Todo eso hizo de la situación chilena se convirtiera en todo un mito para nosotros y que Pinochet fuera el dictador más odiado. Nuestra juventud, nuestro romanticismo idealista hizo el resto.
Hoy ya pasados muchos años, nuestras ansias de revolución se han apagado, quizás convencidos de que la revolución no es posible, de que como diría un castizo "nos tienen cogidos por los güevos". Quizás por eso, en el día siguiente a la celebración de la República, es bueno que no espoleemos y nos sacudamos nuestra relajación. Es bueno que dejemos de pensar, que todo está OK, porque realmente no lo está. No es cuestión de volver a los conceptos del pasado, hay que repensar la revolución desde las nuevas circunstancias en las que nos encontremos y quizás necesitemos mentes más jóvenes, con una nueva visión más ajustada a las nuevas circunstancias. El futuro es de los jóvenes, porque los jóvenes son el futuro. A nosotros lo que nos queda empujar desde la retaguardia, que no es poco.
Por eso hoy quiero recordar con esta canción, de tan grato recuerdo. Esta canción que cantamos tantas veces con las mandíbulas tensas, las venas henchidas de pasión y el corazón latiendo a mil por hora. Que recordemos todas aquellas cosas, que teníamos tan claras y hemos ido olvidando. Que esta canción sea un recuerdo que nos empuje hacia el futuro. El pueblo unido jamás será vencido.
Celebration (1974)
Es muy probable que mucha gente no haya oído hablar de la Premiata Forneria Marconi (PFM). Algo que puede ser muy normal, ya que, aparte de dedicarse al rock progresivo, un tipo de música poco popular en este país, es una banda italiana, lo que la puede hacer todavía más desconocida. Pero pese a todo esto, la PFM convivió con las grandes bandas del rock progresivo de los años 70 y no les fue a la zaga.
Quizás alguien se pregunte, cómo un chico de provincias como yo, pudo llegar a conocer a esta banda. Ninguno de mis amigos de Palencia la conocía, ni creo que llegaran a conocerla. La razón de mi interés es sencilla, por un lado, la Universidad Laboral de Cheste fue, para mi, un manantial donde beber de las diversas fuentes musicales, no solo del Hard Rock, que fue la principal, sino también del rock progresivo y de bandas como Pink Floyd, Yes, Jethro Tull, The Moody Blues, King Crimson, Genesis o Emerson, Lake & Palmer. Por otro lado, siempre estaba Radio Nacional de España y su programa "Para vosotros jóvenes", en el que iban apareciendo diversos grupos musicales. La PFM fue uno de ellos y su nombre me llamó la atención. Era un nombre muy sonoro y tenia un aire diferente, así que empecé a investigar sobre ellos y comencé a seguirlos, hasta que me enganché a su música y terminé por convertirme en un friki (nadie escuchaba en mi ámbito a la Premiata Fornería Marconi).
Never Can Say Goodbye (1974)
Si no puedes decir adiós, di hasta siempre.
Hubo un tiempo en el que incluso escuchaba música disco. No es que la música disco me gustara mucho, pero era la que ponían en las discotecas, y, en aquella época, cuando uno era un adolescente, la disco era un lugar que se solía visitar. La disco era un lugar donde se podía intentar ligar y echarse unos bailecitos, de aquellos agarraos, con aquella chica de tímida mirada y cuerpo de ola. Aquella muchachita, que cuando nos sonría, o cuando nos miraba con aquellos profundos ojos negros, hacía que nuestro torrente sanguíneo se inundara de adrenalina y otros neurotransmisores.
Pero a la disco no se iba solo a intentar ligar y a bailar pegados (es bailar) como decía Sergio Dalma, también se iba a echar un rato y a mover el esqueleto al ritmo de música disco de mediados de los 70.
Why I Sing The Blues (1974)
Hace unos días hablaba con algunos de mis alumnos, entre otras cosas, de gustos musicales. Me sorprendió que tubieran gusto por los clásicos (swing, jazz, blues) Así que cuando terminamos la conversación me vino a la mente B.B. King
B.B King es uno de esos autores intemporales, de los que da igual el momento en que los hayas conocido, de los que no importan si están de moda y concuerdan con los gustos del momento. B.B King es el Rey, y cuando lo descubres te engancha de tal forma que no lo podrás olvidar en tu vida.
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