Jethro Tull "Aqualung" (1971)
Era un tío pegado a una flauta, que como el flautista de Hamelín nos tuvo embelesados. Igual nos sucedió con aquella portada que mostraba a ese ser tan siniestro denominado Aqualung. Ese tío pegado a la flauta no era otro que Ian Anderson, alma mater de Jethro Tull.
Se dice, se cuenta, que como Iam no quería ser un mediocre guitarrista, aprendió a tocar la flauta en cinco meses, para convertirla en un icónico instrumento de su banda. Lo cierto es que si uno piensa en Jethro Tull le viene la imagen de Ian Anderson tocando la flauta, como si fuera un flamenco, apoyado sobre una sola pierna.
Como muchos de los grupos británicos de la época comenzaron haciendo música ligada al blues, para luego pasar al progresivo y el folk en los 70 o, para decepción de muchos de sus seguidores, a la música electrónica e incluso el rock duro en los 80. Toda una banda de grande músicos, que como solía suceder, fueron cambiando con el tiempo, liderados por Ian Anderson. La banda todavía sigue en activo, siendo una de las más longevas y el propio Ian Anderson ha manifestado que tiene un nuevo álbum en proceso que se denominará "The Zealot Gene" del que se estima su publicación para el 2022. Lo cierto es que en la década de los 70 nos dejaron un montón de grandes canciones y cuatro álbumes geniales: Aqualung, Thick as a Brick, Living with the Past o Heavy Horses.
Aquí es donde se me presentaba el problema, ¡qué álbum elegir? Muchos dicen que Thick as a Brick (1972) es su mejor álbum, y probablemente lo sea. Pero, como se compone de un solo tema dividido en dos partes (cara A y cara B) me parecía un poco exagerado, en estos tiempos de temas cortos, poner una canción de más de 20 minutos. Realmente es un disco que merece la pena escucharlo completo y con tranquilidad.
Por ello he elegido Aqualung (1971), primera obra maestra del grupo, compuesta de varios temas, que se mueven entre el rock duro y el folk melódico. Dicen que en España, por eso de la censura, no se publicó hasta el año 1975 o1976 (hay diferentes versiones), pero si la memoria no me falla, creo recordar que yo conocí y escuché ese disco como muy tarde en el año 1974. Así que es posible que en mis manos cayera una versión extranjera.
La verdad es que el disco es toda una pasada por varios aspectos:
- La portada, icónica donde la haya, nos muestra a un vagabundo andrajoso, borracho y pedófilo que, a la par que nos repele, nos produce una especie de curiosidad por lo que trama. Ese vagabundo con dedos grasientos, que manchan su raída ropa y que sentado en el banco del parque, mira a las niñas con malas intenciones, mientras los mocos le resbalan por la nariz. Es un viejo solitario, que se siente como un pato muerto, escupiendo pedazos de su suerte rota.
- La temática está centrada en la pobreza, sobre todo de la vida en la calle de los sin hogar y en la crítica a la religión y a la idea de Dios. Pese a todo Ian Anderson, negó que este disco fuera un disco conceptual y por eso hizo Thick as a Brick, en respuesta a esa idea errónea y como una parodia contra los discos conceptuales.
- Por su música, caracterizada por el archiconocido riff inicial de la primera canción, homónima, del álbum que contrasta con el sonido acústico posterior del tema. Temas potentes, salteados con bellas y breves tonadas acústicas, como "My God": compuesto con suaves acordes de acústica, potentes solos y riffs de guitarra, el espectacular solo de flauta y coros al estilo de la música gregoriano; o como “Locomotive Breath”: del que podemos destacar, una introducción muy jazzística de piano (John Evan), unos licks muy al estilo blues, que continua con potentes riffs (Martin Barre) y como no podía ser de otra forma con el virtuosismo de la flauta (Ian Anderson), perfectamente compaginados con la sección rítmica de Jeffrey Hammond con el bajo y Clive Bunker a la batería.
Como suele ser habitual, me ha resultado difícil escoger una canción. Lo que me salía de forma natural era elegir la famosa Aqualung, pero, ademas de ya haber escrito una entrada en este blog, el tema carece de algo muy típico en Jethro Tull como es la flauta. Así que he dudado entre My God o “Locomotive Breath”. Al final me he decantado por “Locomotive Breath” una canción con un cierto sentido pesimista de la existencia, al fin y al cabo que es nuestra existencia, sino una locomotora sin frenos dirigida hacia el abismo. "And the all-time winner / Has got him by the balls / He picks up Gideons Bible / Open at page one / I think God He stole the handle and / The train won't stop going / No way to slow down"